jueves, 18 de febrero de 2016

Reflexiones

Hace ya varios años vi el episodio número 18 de la primera temporada de Modern Family titulado Starry Night (Noche estrellada) y me encantó lo que Mitchell le decía a Manny: ¿Sabes lo más curioso de los jóvenes? Durante años y años todos tienen un miedo atroz a ser distintos en lo que sea hasta que, de repente, casi de la noche al día, todos quieren ser distintos. Y ahí salimos ganando.
Jay (Ed O'Neill), Manny (Rico Rodriguez) y Mitchell (Jesse Tyler Ferguson) en Starry Night (Modern Family).

Por casualidad, hace un par de semanas me encontré haciendo zapping con la reposición en Neox de este episodio justo en este mismo momento. Y volví a coincidir con las palabras de Mitchell. Yo misma recuerdo querer llevar mochila con carro cuando los demás la usaban o tener el estuche que estuviera de moda. Creo que es algo lógico. Cuando somos niños no tenemos desarrollada nuestra personalidad y ante la falta de referencias propias, apostar por lo que elige la mayoría parece la opción más segura para sentirnos integrados.
Y efectivamente, de repente, todos queremos distinguirnos del resto, ya sea a través de un móvil nuevo, de un estilo de vestir alternativo o incluso mediante nuestra forma de hablar o de escribir. También entiendo que ocurra ésto. La adolescencia es una época de cambios y de autodescubrimiento en la que todos queremos marcarnos metas propias y recorrer nuestro camino.

Mi comprensión se acaba cuando la necesidad de sentirse distinto pasa por despreciar al que no lo es. Tan respetable es que tus gustos sean compartidos con una mayoría como que sean minoritarios. Lo importante es que siempre podamos decidir sin sentirnos ni un borrego ni un bicho raro. Nuestras aficiones no son las que nos hacen especiales; disfrutar de lo que nos hace felices sin importarnos las etiquetas es lo meritorio.
Mitchell habla de las dificultades que afrontan los niños que son peculiares y su discurso es esperanzador porque predice que con el tiempo éstos serán más auténticos que aquellos que luego se esfuercen en diferenciarse del resto. En esencia, creo que el mensaje que lanza este capítulo de Modern Family es la importancia de ser fiel a uno mismo, pasando por encima de la tendencia a ser iguales en la niñez y a diferir en la juventud.