sábado, 9 de abril de 2016

La vida se para

La vida se para. Sucede un día cualquiera y todo se te antoja frívolo. Las sonrisas se sienten culpables y el Sol brilla demasiado.

La vida se para. No sólo la de quien nos deja, también la de los que nos quedamos. Lo que antes parecía prioritario, ahora puede esperar.

La vida se para. Y desearías poder rebobinar un momento. Decir corriendo las cosas que nunca dijiste, despedirte con la cruda certeza de que no hay un mañana para ella.

La vida se para. Pero tiene que arrancar y seguir su curso. Aprovechar cada minuto para ser felices es el mejor homenaje que podemos rendir.

Y estas piernas garbosas te recordarán en cada paso; cuando hable y hable y hable tan rebien, también lo haré de ti; me pintaré más los labios y te mandaré los besos que me faltó dar. Porque, aunque la vida se para, siempre vivirás en mis recuerdos.

Yaya y Carmen.